Esmeralda bajo la luna
Desnuda te meces entre mis brazos bajo una luna coronada de estrellas, desnudo nuestro lecho improvisado en la cima de mis dominios. Tu pelo nocturno y ser de esmeralda en rostro de niña obnubilada por las gerberas, tu interior ardiente me envuelve y me empapas con tu deseo. El viejo ritmo del instinto da a luz a nuestro canto: oda ancestral a la virtud de los placeres, sinfonía de risas y susurros ofrecida a las hadas noctámbulas por vos y yo, por el uno que formamos en nuestra unión. La noche se ruboriza ante tus gestos de mujer completa en aquel rostro de niña, insinuando el pronto arribo de quien rige en las horas de vigilia. La ciudad se despereza y te marchas, dejando olvidada una hoja de plata bajo mi almohada.